lunes, 27 de marzo de 2017

CONTES DE PO "EH"

LA LEYENDA DE HUGO

Le llamarón Hugó, pues su Padre, obrero,
no podia cantar victoria.

Màs pronto que tarde el joven le dio la razón,
como buen hijo,
y pudo ser atropellado no por uno sino por dos
trenes desbocados, como premio
dos besos y cuatro tortazos.

Con tres años demostro
sus dotes de artista nato
en la blanca pared aparecio,
tras la puerta del comedor,
un gran dibujo art-deco,
Descontrolado su padre aplaudio
en la cara del autor.

Màs siguio con insistencia
en las aulas con su arte;
Caricaturas y descenso de fachadas,
El profesor, vanidoso y altivo,
se recreaba mostrando, ufano,
las falsificadas notas 
al  progenitor rmagnanimo .

Un amigo de su padre
le descubrio el amor y la pasión
en un sucio lavabo con dulces palabras
le hablo de los reyes magos, de papa noel,
del sexo de los angeles y la masturbación.

Con cuatro años la madre asustada
ha su marido se quejo ;
"Es peor que tu padre", el marrano,
espiando tras la puerta entreabierta
la maternal desnudez ...
!con combinación de los cincuenta!

Con once años lo descubrierón
enamorado de una infanta;
Se acabaron los juegos, las risas y la confianza.

Con catorce no cumplidos ;
como el arcangel Miguel 
expulsando al diablo del paraiso,
blandiendo la flamigea espada
contra su primogenito descargo
su ira e ignorancia,
al sorprender en una fiesta de adolescentes,
como la torpe mano dibuja circulos apasionados
sobre un sueter ardiente
que cubre al duro pecho encorsetado.

Como un ermitaño
por la gran ciudad erra,
con la mente muda, ciega y manca;
Rehuye el contacto
y en su rostro una sonrisa vaga.
Quiere ser bueno y espera
no ser malo si no hace nada.

Hoy han detenido, al fin,
al que fue su amante pederasta,
Una denuncia anonima  ha revelado
que era  infiel y enredador,
lo que le enseño no era amor,
Pero ya lo sospechaba.

Ahora en el barrio le llaman Victor
camina tranquilo por la plaza
pero, él, ve la sombra de Hugo
que siempre le acompaña.





LOLA

En la silenciosa noche el sonido de una campana altera el espiritu de Lola, una segunda campanada la echa de la cama.

Pone los dedos entre su larga melena castaña, los junta y eleva las manos mientras se despereza; A poco, mechones de cabello se deslizan y toman aire fresco hasta caer sobre su desnuda espalda.

Recoje la ropa que, descuidadamente, descansa sobre el suelo al lado de su camastro y cubre su cuerpo que ya empieza a demostrar el frio que reina en el ambiente. Coje con decisión el gran mantel de encima de la solitaria mesa de madera, poniendoselo a modo de capa por encima de la cabeza, y deja que le acaricie su joven cuerpo, lo sujeta con el colador y lo ciñe alrededor de su cintura con una cuerda de bolsaS de plastico.

Retira el nudo de una tabla de pino que la separa de la calle y mira ún segundo, desde el exterior no se oye ningun ruido, un "Oh" de sorpresa brota de su garganta " ha nevado", rapidamente se envuelve los pies en unas toallas y se calza dos sartenes negras y requemadas; Con mas bolsas de plastico las amarra fuertemente y sale por la ventana de detras de la calle.

Camina con cuidado para no resbalar "podria atravesar todo el pueblo de golpe esquiando sobre mis zapatos" piensa mientras se acerca a la esquina.

Hace el pino sobre la nieve y sacando un poco la cabeza comprueba que un perro solitario se sorprende y ladra a dos sartenes que aparecen en el aire.

Pasea por las calles abandonadas del pueblo, solo algunas bombillas iluminan como a espectros pedazos de las fachadas.

La nieve de la calle recoje, apenas, la debil luz y transforma las estrechas callejuelas en anchas avenidas donde deja sus hullas junto a las del huidizo chucho.

A veces sorprende el movimiento de unas ligeras cortinas o una pequeña rendija de luz entre las contraventanas pero solo el crujir de sus pasos sobre la nieve resuenan a su alrededor.

Va haciendo muñecos de nieve de diferentes tamaños en distintos sitios de la plaza y los saluda como grandes amigos que hace tiempo que no se ven, recoge pequeñas cantidades de nieve y hace bolas que lanza contra ellos y contra los troncos de los arboles, mudos testigos de su vagabundeo, o al aire que al caer, a veces, estallan sobre su cabeza.

Con alegria se iba animando, revolcandose por el nevado suelo o deslizandose, en cuclillas, por las suaves pendientes; Despues volvia a subir y a bajar.

Alrededor de su cuerpo una neblina de vapor emergia y su aliento salia disparado. Contemplaba las estrellas en un cielo oscuro y transparente donde tililaban cambiando de color: ahora unas pasaban del rojo al amarillo, otras del verde al azul y brillaban de rojo, despues, muchas, blanquecinas de cuatro puntas, extasiada respiraba con dificultad, la nariz le dolia y se la imaginaba roja como un tomate y un poco de humedad se le congelaba sobre el labio.

De repente vio un arbol con una bolsa colgando de sus ramas, quizas habia sido el viento y corrio hacia ella pensando en llenarla de nieve. Sorprendida comprobo que pesaba y en su interior encontro un pedazo de pan, queso, unas naranjas, un par de velas y una caja de cerillas.

Miró a su alrededor todo lo que alcanzaba su vista y no vio a nadie. La recogio pues alguien la habia olvidado y si no lo aprovechaba ella lo harian los gatos o los perros o los pajaros o quizas el primero que se levantara se la quedaria y ella no habia cenado nada, de hecho, muchos dias no cenaba o no comia nada, otros dias conseguia mendrugos y restos de comida de los cubos de basura de unos vecinos muy limpios.

Se sento bajo el tejado del lavadero comunitario y comio con apetito sorbiendo el agua casi helada del caño.

Ya con el estomago lleno y el animo mas calmado recuerda que las campanas han sonado varias veces mientras jugaba y antes de que amanezca empezaran las gentes a levantarse, a remover las cenizas del hogar para calentarse el desayuno, que bajaran a las cuadras para alimentar el ganado y los mulos que despues engancharan en los grandes carros de madera con ruedas más grandes todavia.

Se acuerda de su antigua cama en una habitación para ella sola, de su hermano pequeño dormido en la cuna, de su padre que tanto le quiere y de su madre, silenciosa, callada, empequeñecida dentro de sus negras ropas; Del ultimo dia que la echo de casa llena de moratones por todo el cuerpo, las ropas rotas y rasgadas al querer escapar de sus violentas uñas, los gritos, los llantos, los insultos y al final la orden: " Vete, vete y no vuelvas nunca, si te veo te matare ".

Quizas mañana Papa vendra y se quedara toda la noche conmigo como antes, ahora debia volver a la cabaña medio caida en el arrabal del pueblo, esconderse.

Quizas mañana ... Papa siempre decia lo guapa y buena que era, la acariciaba, la llenaba de besos y calor, despues ella acababa acurrucada entre los fuertes brazos de Papa.

Quizas mañana se quede.

Quizas ...





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